ENSAYO SOBRE LA TOLERANCIA
(An Essay Concerning Toleration)
En el problema de la libertad de conciencia; algunos predican la obediencia absoluta, mientras otros pretenden la libertad universal en cuestiones de conciencia.
El poder y la autoridad del gobernante recibida por mandato es para que los use más que para el bien, el mantenimiento y la paz de los hombres, sólo para salvaguardar a los hombres del engaño mutuo y de la mutua violencia en éste mundo.
Es decir, el mandato del gobernante no viene de Dios, mientras éste no muestra la carta que viene del cielo; de lo contrario, la teoría de que el poder y la autoridad provienen del consentimiento del pueblo es lo más creíble. Y, por lo tanto, el gobernante debe asegurar la paz civil y la propiedad de los súbditos.
Desde el punto de la tolerancia, las opiniones y las acciones de los hombres se dividen en tres tipos:
1.-Las opiniones especulativas y del culto divino, que no tienen que ver con el estado ni la sociedad.
2.-Las opiniones prácticas que no son buenas ni malas, que se refieren a la sociedad y a la relación entre los hombres.
3.-Las opiniones que se refieren a la sociedad, buenas o malas, denominadas virtudes y los vicios morales.
I.- Tienen derecho absoluto y universal a la tolerancia las opiniones especulativas y el culto divino, por ejemplo, la creencia en el purgatorio, el reino de Cristo en la tierra, etc.; asimismo, gozan de derecho absoluto y universal a la tolerancia el lugar, el modo y el tiempo de adorar a mi Dios. El gobernante no puede defenderme contra mi Dios. No puede obligarme a profesar una religión falsa. El camino de salvación no es un acto externo impuesto, sino una elección secreta y voluntaria del espíritu. Es una relación entre Dios y yo.
El culto divino no tiene, en su naturaleza, ninguna referencia con mi gobernante, con mi vecino o con mi comunidad. Rezar un padre nuestro no es una amenaza para la paz del Estado mayor. Disertar sobre la espada flamígera tampoco.
Las opiniones especulativas no deben se confundidas con el culto a una divinidad. La creencia en una divinidad, son el fundamento de toda moralidad e influencia completamente la vida y las acciones de los hombres y, sin ella, un hombre tiene que ser considerado parte de una de las especies más peligrosas de los animales salvajes, o sea, incapaz de cualquier tipo de sociedad.
II.-Tienen derecho a la tolerancia todos los principios prácticos o las opiniones con la que los hombres piensan que están obligados a regular sus acciones recíprocas. Ejemplo, la educación de sus hijos, de cómo poder disponer de su riqueza, de poder trabajar o descansar cuando lo consideren oportuno, el divorcio; siempre que no perturben al Estado y no causan más daños que ventajas a la comunidad. Por otro lado, nadie debe ser presionado por la fuerza a renunciar a sus opiniones o a aceptar las opiniones contrarias a las de uno. La presión no puede cambiar la mente de los hombres: únicamente les puede obligar a ser hipócritas; ya que, no se puede violentar las convicciones de su conciencia.
III.-Las virtudes y los vicios morales del que hablan los filósofos también tienen derecho a la tolerancia. Estas tienen que ver con el bien de las almas o sus intereses en la otra vida.
Las opiniones y acciones que se refieren a la sociedad que son buenas son las virtudes; y, las malas son los vicios morales. Las acciones buenas deben ser toleradas porque el estímulo de la virtud es un sostén necesario para un Estado; mientras que los vicios, no deben ser tolerados porque cuando un Estado cede ante algunos vicios la sociedad sufre turbación y ruina. Nunca se ha visto que un gobernante pretendiese establecer el vicio con una Ley o prohibiese la práctica de la Virtud.
Las virtudes son ventajosas en las relaciones del hombre con el hombre y la mayoría de ellos constituyen fuertes lazos y vínculos de asociación, que no pueden ser aflojados sin que se resquebraje toda la construcción. Por eso, es necesario desterrar los vicios morales como la codicia, la desobediencia a los padres, la ingratitud, la picardía, la angurria y lo más secreto la premeditación y la venganza.
Entre la tolerancia y la imposición, el medio más eficaz para lograr la seguridad, la paz y la promoción del bienestar es la tolerancia porque la fuerza y el mal trato acrecientan no sólo el odio, sino también el número de los enemigos.
Quien difiere de vosotros sólo en un opinión está separado sólo por una distancia; pero, si vosotros los tratáis mal por aquello que él cree ser justo, entonces, él se convierte en vuestro enemigo: lo primero es sólo una separación, lo segundo es un litigio.
En conclusión, la tolerancia alienta el desarrollo de las virtudes, afirma los gobiernos y a las mayorías a la uniformidad de intención; pero, esto se consigue haciendo y aplicando leyes rigurosas concernientes a la virtud y al vicio. La fuerza no puede dominar las creencias de los hombres ni plantar algunas nuevas en sus pechos; lo pueden hacer la cortesía, la amistad y un trato delicado.
Mg.Sc. Faustino Beraún Barrantes
Abogado y Economista
Doctorando en Filosofía UNMSM
BIBLIOGRAFIA
JOHN LOCKE. “Ensayo sobre la Tolerancia” En: “Carta sobre la Tolerancia”. Edic. Mestas. 2da.Edic.España. 2005. Pp.84-116
(An Essay Concerning Toleration)
En el problema de la libertad de conciencia; algunos predican la obediencia absoluta, mientras otros pretenden la libertad universal en cuestiones de conciencia.
El poder y la autoridad del gobernante recibida por mandato es para que los use más que para el bien, el mantenimiento y la paz de los hombres, sólo para salvaguardar a los hombres del engaño mutuo y de la mutua violencia en éste mundo.
Es decir, el mandato del gobernante no viene de Dios, mientras éste no muestra la carta que viene del cielo; de lo contrario, la teoría de que el poder y la autoridad provienen del consentimiento del pueblo es lo más creíble. Y, por lo tanto, el gobernante debe asegurar la paz civil y la propiedad de los súbditos.
Desde el punto de la tolerancia, las opiniones y las acciones de los hombres se dividen en tres tipos:
1.-Las opiniones especulativas y del culto divino, que no tienen que ver con el estado ni la sociedad.
2.-Las opiniones prácticas que no son buenas ni malas, que se refieren a la sociedad y a la relación entre los hombres.
3.-Las opiniones que se refieren a la sociedad, buenas o malas, denominadas virtudes y los vicios morales.
I.- Tienen derecho absoluto y universal a la tolerancia las opiniones especulativas y el culto divino, por ejemplo, la creencia en el purgatorio, el reino de Cristo en la tierra, etc.; asimismo, gozan de derecho absoluto y universal a la tolerancia el lugar, el modo y el tiempo de adorar a mi Dios. El gobernante no puede defenderme contra mi Dios. No puede obligarme a profesar una religión falsa. El camino de salvación no es un acto externo impuesto, sino una elección secreta y voluntaria del espíritu. Es una relación entre Dios y yo.
El culto divino no tiene, en su naturaleza, ninguna referencia con mi gobernante, con mi vecino o con mi comunidad. Rezar un padre nuestro no es una amenaza para la paz del Estado mayor. Disertar sobre la espada flamígera tampoco.
Las opiniones especulativas no deben se confundidas con el culto a una divinidad. La creencia en una divinidad, son el fundamento de toda moralidad e influencia completamente la vida y las acciones de los hombres y, sin ella, un hombre tiene que ser considerado parte de una de las especies más peligrosas de los animales salvajes, o sea, incapaz de cualquier tipo de sociedad.
II.-Tienen derecho a la tolerancia todos los principios prácticos o las opiniones con la que los hombres piensan que están obligados a regular sus acciones recíprocas. Ejemplo, la educación de sus hijos, de cómo poder disponer de su riqueza, de poder trabajar o descansar cuando lo consideren oportuno, el divorcio; siempre que no perturben al Estado y no causan más daños que ventajas a la comunidad. Por otro lado, nadie debe ser presionado por la fuerza a renunciar a sus opiniones o a aceptar las opiniones contrarias a las de uno. La presión no puede cambiar la mente de los hombres: únicamente les puede obligar a ser hipócritas; ya que, no se puede violentar las convicciones de su conciencia.
III.-Las virtudes y los vicios morales del que hablan los filósofos también tienen derecho a la tolerancia. Estas tienen que ver con el bien de las almas o sus intereses en la otra vida.
Las opiniones y acciones que se refieren a la sociedad que son buenas son las virtudes; y, las malas son los vicios morales. Las acciones buenas deben ser toleradas porque el estímulo de la virtud es un sostén necesario para un Estado; mientras que los vicios, no deben ser tolerados porque cuando un Estado cede ante algunos vicios la sociedad sufre turbación y ruina. Nunca se ha visto que un gobernante pretendiese establecer el vicio con una Ley o prohibiese la práctica de la Virtud.
Las virtudes son ventajosas en las relaciones del hombre con el hombre y la mayoría de ellos constituyen fuertes lazos y vínculos de asociación, que no pueden ser aflojados sin que se resquebraje toda la construcción. Por eso, es necesario desterrar los vicios morales como la codicia, la desobediencia a los padres, la ingratitud, la picardía, la angurria y lo más secreto la premeditación y la venganza.
Entre la tolerancia y la imposición, el medio más eficaz para lograr la seguridad, la paz y la promoción del bienestar es la tolerancia porque la fuerza y el mal trato acrecientan no sólo el odio, sino también el número de los enemigos.
Quien difiere de vosotros sólo en un opinión está separado sólo por una distancia; pero, si vosotros los tratáis mal por aquello que él cree ser justo, entonces, él se convierte en vuestro enemigo: lo primero es sólo una separación, lo segundo es un litigio.
En conclusión, la tolerancia alienta el desarrollo de las virtudes, afirma los gobiernos y a las mayorías a la uniformidad de intención; pero, esto se consigue haciendo y aplicando leyes rigurosas concernientes a la virtud y al vicio. La fuerza no puede dominar las creencias de los hombres ni plantar algunas nuevas en sus pechos; lo pueden hacer la cortesía, la amistad y un trato delicado.
Mg.Sc. Faustino Beraún Barrantes
Abogado y Economista
Doctorando en Filosofía UNMSM
BIBLIOGRAFIA
JOHN LOCKE. “Ensayo sobre la Tolerancia” En: “Carta sobre la Tolerancia”. Edic. Mestas. 2da.Edic.España. 2005. Pp.84-116